miércoles, 2 de febrero de 2011

Con una lanza en el corazón

Supe siempre que mis aventuras serían las que causaran mis pesares, que mi instinto de corsario, de mercenario del cariño, de traficante de besos robados; acabaría algún día por matarme. Siempre fui uno y la preservación de la especie me enseñó a andar siempre armado de palabras, siempre presto a devolver ataque por ataque, a dejar los sentimientos para el resto, que se llevan bien con ellos.
Pero nunca me enseñaron que hay batallas que no se pueden librar, que por más fiereza y valentía que uno levante como bandera, los molinos de viento siempre serán eso y nada más, que no hay gigantes para destrozar, que no hay gambeta que te deje mano a mano, ni esta vez vas a salir a festejar.
Cuando el amor quema tan profundo, cuando esa llama es perpetua, aprendés a replantear tus actitudes, a no dejar nunca más que te manejen los impulsos, a no hundirte en la ira o la brutalidad que el alma pide a gritos. Aprendés a pensar y a sentir que hay alguien que merece más que vos de tu atención, de tu amor, de tus minutos, y que la única manera de protegerlo es hacer las cosas como manda la razón.
Hijos de puta, cínicos y herejes de las sensaciones no sabrán lo que es que algo duela hasta el fondo de los huesos, que algo te deje sin aliento y sin fuerzas para levantar una mueca que parezca una sonrisa. Sufrir de esta manera es indeseable hasta para el peor de los enemigos, ya que se puede distinguir el terror en cada célula de nuestro cuerpo, el temor a perder lo más querido que hemos tenido.
Hoy, como dice el título, mis ganas se desangran como si tuviera el corazón atravesado, me da trabajo hasta el intento de respirar, me han quitado el motivo más grande para comenzar día a  día...

La lucha va a ser intensa y desigual, pero de tanto resucitar, me quedó mucho de curtido, y una vez más habrá que salir a flote...

*Para vos, enano de papá, aunque aún no entiendas nada de lo que pasa alrededor, sé que tu corazón confía en que no voy a dejar que te alejen nunca, nunca de mi...

Capitán Huracán, desde la tempestad...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que lindo lo que escribiste, el algun dia te va a agradecer esta lucha y que no es por tu culpa ni la de el, que te equivicaste y tal vez lo vas a seguir hciendo pero nosotros tu flia somos testigos del amor que sentis por el, por ese bebe hermoso que nos regalaste, estamos con vos como siempre.......... mama, franco , victoria y victor

GISOFANIA dijo...

que los vientos te sean siempre favorables. y tu alma de guerrero siga apuntando al infinito.